Si hoy es la primera luna llena después del equinoccio de primavera, que fue ayer, ¿por qué la Seman
- Juan Antonio
- 21 mar 2019
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Juan Antonio Salado. Meteorólogo.
La norma que establece la fecha en la que se celebra la Semana Santa, es conocida por muchas personas como la siguiente:
El domingo de la Pascua de Resurrección es el siguiente a la primera luna llena que sigue al equinoccio de la primavera en el hemisferio norte.
Así este año 2019, el equinoccio ha sido el miércoles 20 de marzo a las 21h 58m 27s UTC,y la luna llena es el jueves 21 de marzo de 2019 a las 01h 42m 52s UTC. Esto indica que la fecha de la Pascua de Resurrección sería el domingo 24 de marzo y por tanto, la fecha de la Semana Santa sería del 17 al 24 de Marzo. ¿Por qué no es así entonces?
Para resolver la cuestión hacemos un breve resumen histórico de cómo se acordó la fecha de la Pascua de Resurrección, un hecho bastante complejo con diferentes calendarios y formas de calcular el calendario lunar para la Iglesia, conocida como luna eclesiástica, basada en tablas numéricas realizadas en el siglo XVI y que contó con el beneplácito del famoso astrónomo y matemático Johannes Kepler, a pesar de no ser exacto su cálculo, argumentando “la Pascua es una fiesta, no un planeta”. A continuación resumimos los aspectos más fundamentales.
Muchas fechas religiosas (en particular las católicas) tienen su origen en la adaptación de celebraciones profanas con raíz astronómica y están relacionadas a menudo con los cambios de estación. El caso de la Semana Santa es particularmente importante pues de su fecha dependen otras celebraciones religiosas (como el Pentecostés y la Ascensión). Fijar la fecha de la Pascua de Resurrección también es importante para la sociedad civil pues algunas de estas celebraciones religiosas tienen reflejo en el calendario laboral. Hasta el principio del siglo VI, en el cristianismo reinaba una gran confusión sobre la fecha adecuada para celebrar esta Pascua y diferentes grupos tenían sus criterios propios y diferenciados para fijarla.

Ya en el concilio de Arlés del año 314, se obligó a toda la Cristiandad a celebrar la Pascua el mismo día, y que esta fecha habría de ser fijada por el Papa, que enviaría cartas a todas las iglesias del orbe con las instrucciones necesarias. Sin embargo, no todas las congregaciones siguieron estos preceptos.
En el concilio de Nicea del año 325, se llega finalmente a una solución para este asunto. En él se estableció que la Pascua de Resurrección había de ser celebrada cumpliendo unas determinadas normas:
Que la Pascua se celebrase en domingo.
Que no coincidiese nunca con la Pascua judía, que se celebraba independientemente del día de la semana.
Que los cristianos no celebrasen nunca la Pascua dos veces en el mismo año. Esto tiene su explicación porque el año nuevo empezaba en el equinoccio primaveral, por lo que se prohibía la celebración de la Pascua antes del equinoccio real (antes de la entrada del Sol en Aries).
No obstante, siguió habiendo diferencias entre la Iglesia de Roma y la Iglesia de Alejandría
Finalmente, en el año 525, Dionisio el Exiguo convenció desde Roma de las bondades del cálculo alejandrino, unificándose al fin el cálculo de la pascua cristiana. Así se estableció que el domingo de la Pascua de Resurrección sería el siguiente a la primera luna llena que sigue al equinoccio de la primavera en el hemisferio norte fijándose la fecha del equinoccio al día 21 de marzo para el cálculo de la Pascua.

A través de los siglos, se encontró que el cálculo de Dionisio tenía errores debido a deriva en el calendario lunar y la fecha del equinoccio de primavera en el Calendario solar juliano, el vigente en la época desde el año 46 a.C. Esto afectaba a las celebraciones litúrgicas de la Iglesia Católica que estaban ligadas a la fecha de la Pascua de Resurrección, la cual a su vez estaba ligada al equinoccio. Pero este no era el único problema, también se alteraban las fechas de inicio de las estaciones del año, con el correspondiente impacto en la vida social a través de la actividad agrícola (las épocas de siembra y las épocas de cosecha), el cobro de impuestos y otras cuestiones administrativas. Este desfase había hecho que en 1582, el equinoccio de la primavera se celebrase el 11 de marzo y el cálculo pascual establecía el 21 de marzo, fecha alejada del equinoccio de primavera real.
Así en 1582 el Papa Gregorio XIII, estableció el calendario Gregoriano actual que usamos y eliminó 10 días en el año 1582 para que el equinoccio de primavera volviera al 21 de marzo. Pero se mantuvo el equinoccio en una fecha fija, el 21 de marzo, para el cálculo pascual estableciéndose el calendario lunar eclesiástico que permitiría calcular de forma sencilla la fecha de la Pascua a partir de la luna llena eclesiástica (una luna llena ficticia, no astronómica), evitando además que coincidiera con la pascua judía. Sin embargo, el verdadero equinoccio puede caer el 19, el 20 o el 21 de marzo.
Así el cálculo pascual gregoriano excluye a la Luna llena de caer 21 de marzo, por lo que da como resultado que la próxima luna llena (astronómica y eclesiástica) posterior a la fecha del 21 de marzo será en la semana del 15 al 21 de abril, de ahí que la Semana Santa de 2019 se celebre en esta fecha.
La próxima vez que ocurra este hecho, es decir, que el domingo de Pascua de la Resurrección no sea el siguiente a la primera luna llena que sigue al equinoccio de la primavera en el hemisferio norte, será en 2038 donde se celebrará la Semana Santa del 18 al 25 de Abril.
Como curiosidad, en el año 2024, durante la Semana Santa viviremos un eclipse lunar.
Fuente:
- Écarts entre la date de Pâ ques du comput et le calcul astronomique. P. Rocher. Institut De Mecanique Celeste et de Calcul Des Ephemerides. Observatoire de Paris.
-¿Por qué cambia la fecha de la Semana Santa?. Artículo de Rafael Bachiller para el periódico El Mundo.
-Fotografías: Wikipedia y Universogaditano.
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